martes, 19 de agosto de 2014

Atacame, Atacames!

Llegamos a la playa de Atacames de madrugada, después haber hecho escala en Esmeraldas.
Nos topamos con lugareños esperando a la gente que baja de los buses para ofrecerles hospedajes varios, y después de caminar bastante conseguimos un hotelucho barato a cuadra y media de la playa.
Todos aseguran que el pueblo está completo y que el fin de semana viene más gente: en la sierra los estudiantes están de vacaciones de verano y se vienen para la costa. Y por ende también muchas familias.
Nos tiramos en el cuarto a descansar y al final nos despertamos a mediodía y salimos a recorrer.
El pueblo está lleno de puestos con ropas coloridas y juguetes inflables que cubren las veredas. Los ojos se llenan de cosas llamativas.

El Río Atacames divide a la zona de playa del centro histórico-logístico, y se lo puede cruzar por un par de puentes, uno de ellos solo peatonal y siempre vigilado por policías.
Notamos que pasando el río hacia la playa, el único medio de transporte público son triciclos motorizados que alguien nos dijo que se llamaban ecotaxis (no sé por qué).
Para bajar a la playa hay que pasar por el Centro de artesanías "Era nuclear", (no me digan que no es un nombre gracioso), una especie de feria techada con ropas y artesanías y puestos de tatuaje y trenzas.
En la playa hay estructuras tipo carpas colectivas -como estacionamientos techados- donde la gente se sienta a mirar el mar e ingerir bebidas y alimentos que ofrecen los vendedores ambulantes.
Cuando se meten al agua lo hacen vestidos, lo que nos llama mucho la atención: no es por falta de traje de baño ya que abajo de las blusas o shorts se traslucen los bikinis coloridos. Y no hablo de extranjeros, sino de familias ecuatorianas.

Y de noche en la costa se despiertan los bolichitos, que son todos quinchos, cada uno con su estilo, con música bien fuerte y con diversas promociones de bebidas para ver cuál atrae mas gente: algunos apuntan más a las familias, con ofertas de helados y jugos, otros a las barras de amigos ofreciendo 5x3 en cervezas. Se oye sobre todo salsa, cumbia y reggaeton.
Se ve una linda variedad de gente, no pareciendo importar la edad ni la ropa con que se cuente: se puede estar de tacos, championes o descalzo; salir a bailar y sacar a bailar a otros o solo sentarse a tomar y mirar.

Lo que nos parece más interesante es ver cómo vacacionan los propios ecuatorianos, al menos en esta época Atacames es un lugar destinado al turismo interno y a las costumbres locales. Si bien puede parecer un lugar bullanguero, está todo muy organizado: estas "discotecas" gratuitas están todas situadas en la misma zona, bajan la música a las 2:00 am y al día siguiente está todo limpito como si no hubiera pasado nada.

Para quien viaje tomando de referencia la guía de Lonely Planet recomiendo no tomar lo que dice al pie de la letra. Si fuera por esa guía creo que no hubiéramos llegado a este lugar tan típico y alegre.

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