El barrio Santa Teresa, donde pasé casi tres semanas en casa de Paulo y luego de Marquinhos, tiene un
particularidad histórica interesante: es el único "morro" que fue
poblado desde un principio por la clase media y por lo tanto no se
"favelizó".
Ubicado al lado (o sobre) Lapa, EL barrio nocturno (lleno
de discotecas, bolichitos, bares de diferentes tipos y para diferentes faunas),
Santa Teresa es el lugar de los artistas, los bohemios, poblado de ateliers con
esculturas extrañas en los jardines, de boutiques de cuadros y artesanías y por
supuesto, cada vez más, de hostels, posadas, casas que alquilan cuartos para
turistas que no quieren estar en la típica zona turística, lo que a su vez lo
va haciendo un barrio cada vez más caro...
Diferente a otros cerros poblados que
conocí, Santa Teresa tiene sus calles adoquinadas -por donde pasan ómnibuses y
por donde los taxistas no quieren ir- zurcadas por los rieles del "bondinho",
un pequeño tranvía que dejó de circular hace poco tiempo y que los vecinos
reclaman que vuelva. Las casas están pegadas pero no hacinadas, incluso hay
algunas que parecen antiguos castillos o palacetes.
Por el contrario, las
veredas son muy angostas y tienen en la mitad la línea de columnas de luz, por
lo que es muy poco práctico circular por ellas, aunque dos por tres hay que
andar haciendo steps subiendo y bajando el cordón porque en Rio en el tránsito
el más grande siempre tiene la razón: el bondi va a pasar antes que el auto, el
auto antes que la moto, la moto antes que la bicicleta y la bici antes que el
peatón. "Antes" por no decir "por encima".
Hay lugares
desde donde se tiene un vista imponente de otros barrios, se puede ver el mar
hacia un lado y hacia otro se puede ver cerros más altos con sus cascadas de
casas que llegan hasta los valles que forman las avenidas más céntricas de Rio.
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