A veces una se pone a prueba. Y a veces una se hace un
sabotaje a sí misma. Quién sabe dónde está el límite entre lo uno y lo otro.
Ponerse una meta que ya sabe que es dificil, que tiene características que una
jamás superó puede desembarcar en la obviedad de la frustración reforzando ese
Jamás.
Será que una tiene la esperanza de que envejecer es madurar
y de que madurar es haber cambiado.
Será que una piens ue sus cambios son fruto de aprendizajes,
que implican una superación, y con ello viene la idea de que la siguiente no
será una frustración sino un triunfo.
Quem sabe ainda sou uma garotinha...
No hay comentarios:
Publicar un comentario