lunes, 11 de noviembre de 2013

Rio - Realengo


Después de intentar diferentes encuentros fallidos con mi amiga Leinimar en algún punto cerca del centro (incluso llegamos a encontrarnos en una manistación pero no logramos pometnos al día porque terminó de forma violenta entre gases lacrimógenos y cada una prácticamen huyó para su barrio), decidimos que lo mejor era que yo fuera para su barrio algún día y por ser tan lejano de donde me estaba quedando, pasara la noche en la casa de ella. Me pareció genial, además me gustaba la idea de conocer su barrio, del cual solo tenía referencias a través de la prensa o que fuera mencionado en una canción... 
Encima Leini coordinó con un amigo suyo que suele tocar en ciertos lugares fijos para que me invitara a cantar alguna, e invitó a algunos amigos más para que fueran a verlo/ vernos, así que se volvía más divertida la invitación. Su amigo Junior tocaba en una pizzería en el Shopping de Bangú, -un barrio próximo y famoso entre otras cosas por llegar a temperaturas extremas de más de 50° en verano- y alli cenamos en mesa grande y me arrimé cuando Junior me presentó, y salió tan bien que parecía ensayado.

Realengo es un  barrio muy grande, en la zona Oeste de Rio de Janeiro, a donde no llega el Metro de la ciudad... de hecho tuve que tomarme un bondi, un metro y un tren, además  caminar mucho para llegar a su casa. Me fue a esperar el compañero de Leini, Diogo, a la estación de tren. Los dos son profesores de filosofía, los dos estaban en plena huelga peleando por sus derechos y los de sus alumnos, los dos atentos a cada manifestación o asamblea de docentes, los dos puestos absurdamente en proceso penal por participar de la huelga.

El día siguiente al toque en el Shopping era el Día del profesor (término que en Brasil incluye al docente de educación primaria). Una especie de feriado en medio de la semana. 
Nos levantamos tarde, desayunamos rico y a Leini se le antojó un "churrasco", o sea un asado, y hubo que improvisar una parrilla en una patiecito interno de la casa, comprar varias cosas y preparar todo. Llevó mucho rato de preparación pero valió la pena, todo lo cocinado (incluía verduras asadas, arroz y farofa también) quedó exquisito. 
Ese día también había manifestación en el centro, justamente por ser el Día del profesor, y la idea era hacerse sentir en la tarde, con mucha gente en un horario visible. 
Al final no fuimos ese día: esperábamos a un par de amigos de mis  amigos para que se arrimaran al asado y se fue pasando la hora, contando justamente con el temita de la distancia y sobre todo del transporte que implicaría unas dos horas y media hasta el punto de encuentro. 
Vimos en internet imágenes de la gente con sus pancartas y  pasacalles y de tarde parecía una fiesta, pero se fue aguando cada vez más con la presencia y posterior represión de la Policia Militar. 
Ese día los PM llenaron cuatro ómnibuses con  "detenidos por averiguaciones" y los pasearon durante toda la noche por diferentes puntos sin decirles a qué delegacías iban. 
Al día siguiente había 70 presos. 
Varios de ellos quedaron guardados muchos días, bajo carátulas absurdas como sediciosos y "asociación para delinquir".

Así de amargo terminó el festejo del día de los profesores. 
Así de removedor fue mi pasaje por Realengo, que terminó al día siguiente de tarde, yéndonos los tres bajo lluvia hacia estación central, donde nuestros caminos se dividían: yo a mi simple rol de observadora, ellos a una asamblea con su importante rol de luchadores sociales.

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