Después de intentar diferentes encuentros fallidos con mi
amiga Leinimar en algún punto cerca del centro (incluso llegamos a encontrarnos
en una manistación pero no logramos pometnos al día porque terminó de forma
violenta entre gases lacrimógenos y cada una prácticamen huyó para su barrio),
decidimos que lo mejor era que yo fuera para su barrio algún día y por ser tan
lejano de donde me estaba quedando, pasara la noche en la casa de ella. Me
pareció genial, además me gustaba la idea de conocer su barrio, del cual solo
tenía referencias a través de la prensa o que fuera mencionado en una
canción...
Encima Leini coordinó con un amigo suyo que suele tocar en ciertos
lugares fijos para que me invitara a cantar alguna, e invitó a algunos amigos
más para que fueran a verlo/ vernos, así que se volvía más divertida la
invitación. Su amigo Junior tocaba en una pizzería en el Shopping de Bangú, -un
barrio próximo y famoso entre otras cosas por llegar a temperaturas extremas de
más de 50° en verano- y alli cenamos en mesa grande y me arrimé cuando Junior
me presentó, y salió tan bien que parecía ensayado.
Realengo es un barrio
muy grande, en la zona Oeste de Rio de Janeiro, a donde no llega el Metro de la
ciudad... de hecho tuve que tomarme un bondi, un metro y un tren, además caminar mucho para llegar a su casa. Me fue a
esperar el compañero de Leini, Diogo, a la estación de tren. Los dos son
profesores de filosofía, los dos estaban en plena huelga peleando por sus
derechos y los de sus alumnos, los dos atentos a cada manifestación o asamblea
de docentes, los dos puestos absurdamente en proceso penal por participar de la
huelga.
El día siguiente al toque en el Shopping era el Día del
profesor (término que en Brasil incluye al docente de educación primaria). Una
especie de feriado en medio de la semana.
Nos levantamos tarde, desayunamos
rico y a Leini se le antojó un "churrasco", o sea un asado, y hubo
que improvisar una parrilla en una patiecito interno de la casa, comprar varias
cosas y preparar todo. Llevó mucho rato de preparación pero valió la pena, todo
lo cocinado (incluía verduras asadas, arroz y farofa también) quedó exquisito.
Ese día también había manifestación en el centro, justamente por ser el Día del
profesor, y la idea era hacerse sentir en la tarde, con mucha gente en un
horario visible.
Al final no fuimos ese día: esperábamos a un par de amigos de
mis amigos para que se arrimaran al
asado y se fue pasando la hora, contando justamente con el temita de la
distancia y sobre todo del transporte que implicaría unas dos horas y media
hasta el punto de encuentro.
Vimos en internet imágenes de la gente con sus
pancartas y pasacalles y de tarde
parecía una fiesta, pero se fue aguando cada vez más con la presencia y
posterior represión de la Policia Militar.
Ese día los PM llenaron cuatro
ómnibuses con "detenidos por
averiguaciones" y los pasearon durante toda la noche por diferentes puntos
sin decirles a qué delegacías iban.
Al día siguiente había 70 presos.
Varios de
ellos quedaron guardados muchos días, bajo carátulas absurdas como sediciosos y "asociación para delinquir".
Así de amargo terminó el festejo del día de los
profesores.
Así de removedor fue mi pasaje por Realengo, que terminó al día
siguiente de tarde, yéndonos los tres bajo lluvia hacia estación central, donde
nuestros caminos se dividían: yo a mi simple rol de observadora, ellos a una asamblea
con su importante rol de luchadores sociales.
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