martes, 10 de septiembre de 2013

Foz 3

En Foz de Iguaçu conocí mucha gente de diversos lugares y diversos puntos de vista y modos de vida. Escuché canciones ecuatorianas, paraguayas, a una argentina cantando bossa nova y a un brasilero cantando tango. Vi una película cubana de dibujos animados con comentarios históricos simultáneos. Vi a Tom Zé brillando en el escenario e intentando aprender a tocar maracatú.
Conocí las Cataratas y me sentí totalmente molesta con la cantidad de turistas o visitantes que no dejaban apreciar la naturaleza por estarse pechando para sacar fotos, al tiempo que quedé totalmente admirada de la Garganta del Diablo, esa especie de agujero negro que parece que se tragara todo el agua del mundo y de donde sale el agua rebotando hacia arriba semejando un geiser o algo así.
Visité el Parque das Aves tomando mate con mi nueva hermana Irene, admirando a los tucanes, mientras otra ave parecida a una gallineta me picoteaba de garrón en el talón.
Probé varios chocolates distintos, varias cachaças distintas con varios condimentos distintos.
Volví a escuchar a Gershwin en varias versiones.
Me volvió a perseguir "Oración del Remanso" en distintas reuniones.
Di un taller de murga y canté "Colombina" en una Universidad.
Me acalambré las piernas por caminar subidas y bajadas que supuestamente no son empinadas y por imitar posiciones de yoga sin tener experiencia.
Participé de dos festejos de cumpleaños de la misma persona.
Recordé canciones de la Canoura en una azotea con piscina.
Me reí hasta llorar y lloré hasta reir.
Y siempre, siempre, me sentí como en casa.






No hay comentarios:

Publicar un comentario