martes, 3 de septiembre de 2013

Foz 2



Cuando viajé desde Posadas, Argentina, me encontré con que no había ningún ómnibus que me transportara directo hasta Foz de Iguaçú. Debía tomar uno hasta Puerto Iguazú, y ahí tomar otro "urbano" que cruzara la frontera. En este segundo, avisé al chofer que yo tenía que hacer los trámites de migraciones, y me dijo que no me preocupara, que en la aduana argentina bajaban todos los pasajeros y luego subíamos al mismo bondi. Así lo hicimos, pero luego en la aduana brasilera me dijo que yo debía bajar y que él no podía esperar que hiciera el trámite, me dio un boleto y me dijo que con eso me tomaba ahí mismo el siguiente bondi. Así fue, así llegué al TTU (Terminal de Transporte Urbano de Foz).

Curiosamente, cuando volví a cruzar la misma frontera hacia el lado argentino a los dos días para ir a las Cataratas, la experiencia no fue tan sencilla. Esta vez yo no debía marcar mi egreso de Brasil ya que solo iba por el día, y es habitual que la gente cruce diariamente de uno al otro lado. El bondi paró en la aduana argentina, el chofer dijo que nos esperaba un poco más adelante, se lo expliqué a una venezolana que iba con su hijo y no comprendía bien el portugués, y esperé que ellos también hicieran su papeleo. Cuando salimos de la aduana, vimos cómo el bondi se iba sin nosotros. Le dije que seguramente pudiéramos subir al siguiente, pero el que vino nos pidió nuestros boletos, cosa que no teníamos porque nunca nos habían dado... conclusión: pagar de nuevo el pasaje sin derecho a reclamo. De ahí, encima, bajarnos en otra para para tomarnos el bondi que nos llevara a las cataratas, que no es muy barato... un garronazo. En fin, en todos lados hay jodedores, lo curioso es que esos choferes lo deben de hacer seguido y en la aduana lo deben de saber... quién se que con la plata del boleto cobrado y no entregado?

Otro día crucé otra frontera: tomé un ómnibus interno de Foz que me dejó en el "Puente de la Amistad", que cruza el Río Paraná uniendo Foz do Iguaçu con Ciudad del Este, Paraguay. Ahí el cruce fue a pie. Hay una ruta muy transitada que cruza, y de ambos lados tiene una veredita para peatones. Aquí también había indicaciones para hacer trámites migratorios pero no se veía a nadie pasando por ellos. La veredita de la vuelta pasaba obligatoriamente por un mostrador de control donde miraban si uno llevaba demasiado contrabando.


¿Si me gustó Ciudad del Este? No, creo que fue peor de lo que me esperaba. Claro, yo solo estuve en esa entrada, donde están aglomerados todos los comercios, puestitos y vendedores ambulantes que pueden caber en las calles y veredas. Pasando varias cuadras todo ese centro, dicen que es una ciudad linda. Yo apenas me salí un poco para llegar a un lago, pero la parte que ví no me resultó atractiva: un muellecito con unos pozos peligrosos fue lo más cercano a la naturaleza que me sentí. En fin, volví con mis pies ampollados de tanto caminar y un poquito frustrada. Entre tanto comercio no hallé ninguna sandalia apropiada para aliviarme la caminata. Necesito calzado adecuado para el calor de forma urgente.

1 comentario:

  1. estoy viendo muchos paisajes desde esa mirada, Gracias por compartirlos .beso grande ..y arriba !.te seguimos !!! ;)

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